Revista Viajero Nro. 103 - Marzo de 2016



Despojo

Solo se derraman lágrimas
cuando se cansa el alma.
El desprecio casi toca mi espíritu.

Lo detengo con las últimas fuerzas
que hacen mas digno
este viaje de vuelta.

Esta derrota, retirada
abandono la pelea
esta batalla perdida
tras una y otra mentira.

Un manto negro
cubrió mis ilusiones
destruyo mi fe
y desintegro mi confianza.
Distraído ...
no imaginaste esta partida
el adiós a tu amor escondido
impalpable, temerario
destructivo y denigrante.

Marina Aguirre





Páramo sin luz

La escalera en diagonal se sostiene
sobre muros laterales ausentes.
De frente una ventana donde alguien
se refleja, se mira, se busca.

En aquél intersticio se vuelve ajeno
de sí mismo y su sombra no ha desaparecido.
En este sitio vacío la Tierra le da la espalda
a la estrella del centro, emerge la noche...

Se aleja, hacia otro páramo en un lugar en donde
los muertos flotan y se hunden, se precipitan,
ascienden, observan.

Miran a esa sombra cuya presencia aún se puede
divisar desde el sepulcro y el cajón deshacido,
que se torna intima y su indulgencia la habilita
a deambular alrededor de aquel laberinto de soledad, tan difunto.

Su estadía es efímera en donde es ínfimo el instante
de dolor y la exasperante característica infame del que late,
del que se limita al suelo y a ese abismo terrenal
lo deshace, lo desintegra.

Atmósfera cada vez menos disímil de atravesar y unos cuervos,
alejados, que no muestran su imagen.
Los laterales resplandecen, se reintegran; la alejada del alba
ahora es la que late, se limita a un silencio, tan callado, que
se asemeja a un lamento profundo.

Jonathan Arias





Escúchame

Cierro los ojos y espero que escuches mi alma
a través de la distancia
océanos e historia
escucha mi alma libro abierto
en la primavera de hoy y el verano de mañana.
Escucha mi alma con su grito desesperado
por abrazarte,
con su silencio eterno de amarte
con su sello inconfundible de esperarte.
Te lo suplico....
escucha mi alma.

Elizabeth Francken
Pág. 30 de "Los años ámbar"





Me sentí,
una verdad cambia,
Causó estupor
y hace quedar sin presiones,
sexuales incluso.
Y ya estará todo dicho
la clave para el juego
así, para ofrecerles.

Lucia Tyburczy

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