Revista Viajero Nro. 123 - Diciembre de 2017



La casa de la esquina

Unos pinos que verdes cobijaron
como es común en las mansiónes viejas
junto a los sauces que también talaron
cayeron entre el polvo con las rejas.

Cuando sus altas puertas arrancaron
algunos ruidos imitaban quejas
y en el fondo del lote se abrazaron
como antiguas amigas con las tejas.

Y a esa pila de escombro y argamaza
que a la tarde de ayer fuera la casa
hay gorriones que envían su demanda.

Se reclaman los nidos, y se acusa,
y comienza el pasado, donde cruza,
Doce de Octubre, con Andrés Baranda.

Rafael Estevez







El edificio abandonado

Era una ciudad muy concurrida, con mucho movimiento, gente que iba y venía, apurados, a veces por ir a trabajar o llevar los chicos a otra ciudad a la escuela porque allí no había, y otras veces apurados porque sí, apurados para llegar a ningún lado.
El tránsito era intenso, autos, micros, motos, todos a gran velocidad transitaban las calles sin mirar, sin ver para ningún lado. Y... ahí estaba él, mudo testigo de otra época, un edificio abandonado, al que nadie veía aunque pasaban todos los días frente a él.
La indiferencia hacía que no se preocuparan por saber qué había allí dentro, por qué estaba ese edificio antiguo dentro de la moderna ciudad, en realidad no les importaba, seguían pasando y pasando sin perder un minuto.
Pero... el día llegó. Una mañana como tantas pero algo especial, muy luminosa y agradable, un grupo de chicos arribó a la ciudad.  Realizaban una visita para estudiar lo que en aquella ciudad sucedía a diario. Bajaron del micro que los transportaba y comenzaron a caminar junto a la persona que los acompañaba, eran cinco. Nada les llamó la atención, todo era monótono. De pronto, pasaron por el lugar donde nadie se detenía, pero a ellos algo los detuvo, una energía que no los dejaba avanzar. El guía siguió de largo, los llamó, pero ellos no podían caminar, algo los atraía hacia adentro, algo que no podían descubrir los llamaba desde el edificio abandonado.
Juan, que era el más valiente, les dijo-Entremos a ver qué hay! -Sí! contestó Alejandro, algo está pasando. -Vamos! dijeron todos. La puerta se abrió y parecía que los llamaba. Entraron con decisión, extrañamente no tenían miedo, empezaron a recorrer y se dieron cuenta por lo que veían: bancos, pizarrones, escritorios, que era una escuela abandonada hacía muchos años.
Siguieron recorriendo y apareció una puerta, la abrieron y encontraron una habitación llena de fotos y recuerdos muy antiguos, fotos de chicos de otra época y allí tirada había una caja. Juan la abrió y encontró una carta, en ella decía: No me abandonen.
Comenzaron a pensar y Fernando, que era el más chiquito, dijo: -Esto era una escuela! Y...Nosotros tenemos que ponerla en funcionamiento en homenaje a todos estos chicos. -Sí! gritaron todos. Hablemos con el intendente, nos tiene que escuchar!!
Cuando terminaron de recorrer, salieron, y..cuál fue la gran sorpresa! La ciudad se había detenido, todos estaban esperando que ellos salieran, querían saber qué había en ese edificio que tanto habían ignorado, hasta el intendente estaba. Empezaron a preguntar y
Juan tomó la palabra: -Este edificio fue una escuela, adentro están todos los muebles y útiles abandonados y lo más importante: las fotos de todos los chicos que asistieron en distintas épocas.
Reconstruyamos la escuela!! dijo un abuelo, yo soy uno de esos niños. Sí, sí!! Gritaron todos y... el intendente asintió -Manos a la obra! Gracias chicos, ustedes lo hicieron posible: tener nuestra propia escuela otra vez!! Todos entraron y comenzaron a limpiar y
arreglar todo lo necesario para que la escuela comenzara a funcionar.
En un mes se abrieron las puertas, salieron los maestros y todos los chicos de la ciudad asistieron a su primer día de clases, en aquel que hasta hacía poco era un edificio abandonado y gracias a esos chicos que visitaron la ciudad se puso en funcionamiento, y saben quién tocaba la antigua campana: el abuelo ex alumno.
Y así se acabaron los viajes apurados porque ahora tenían su propia escuela y no viajaban más a otras ciudades.

Cristina Quarella
cristinaquarella@hotmail.com.ar







sigue cayendo agua finas hileras de gotas formando líneas paralelas se ven bellas con el verde de fondo del jacarandá los ginko bilobas el ficus y la madreselva enredada entre ellos se escucha más fuerte sobre el piso de ladrillos que sobre el pasto trajo un frescor de esos que hacen respirar una bocanada más lenta y profunda sola con el ansia de no salir de casa en todo el día me puse a escribir así se fue demorando la mañana gris verano febrero aceitunas negras tahine en galletas de arroz y un café con leche en polvo descremada y azúcar de caña para engañar el estómago como hubiese dicho mi abuela porque no era comida miré un par de videos jessica lange cantando gods and monsters un cover de la canción de lana del rey que le pasó al rostro de esa mujer la recordaba bella en aquel film con una belleza enigmática un poco de lectura en el facebook y de la pila de libros sobre la mesa sentí hambre me dio pereza ya era hora de visitar a mi madre en “las palmeras” tomé la bolsa de los mandados ahora que no te dan más bolsas de plástico en los supermercados hay que llevar la propia la que más te guste resistente de colores ahora llevo cada vez que hago mandados la bolsa que me regaló nikla la dueña del supermercado si bien su material no es del todo resistente ni sus colores llamativos hay que reconocer que no es cualquier bolsa esta tirada reducida de ejemplares debajo del logo de quilmes tiene representados en simples dibujos el arco de entrada al parque cervecero la estación el tren diésel la catedral la cervecería la cancha el pejerrey club la ribera y la leyenda 1666.fundación de la ciudad de quilmes. homenaje a mi ciudad. 350 años. y en el anverso orgullosos de haber nacido acá y otra vez quilmes en grandes caracteres azules centrado en todo el fondo blanco podría pasar inadvertida a cualquier quilmeño una bolsa más pero no lo fue para una mirada curiosa inquieta desolada de tanta soledad perdón señora puedo hacerle una pregunta me vió cuando entraba a la residencia “las palmera” estaba a mis espaldas en sillas de ruedas largos brazos largas manos dedos finos piel blanca la cabellera prolijamente recogida donde consiguió esa bolsa es una historiadora dice la enfermera que escuché antes que verla no conocía a nadie todo era nuevo siguió una breve presentación que nací en la maternidad del hospital de quilmes que tomaba leche recién ordeñada de un tambo a dos cuadras de la casa que construyó mi padre que ella nació en su casa natal en alvear y bransen que conoce a los dueños de la residencia y a sus herederos hoy los encargados de antes que nacieran y así me demoré unos instantes no sin antes decirle a zulema usted tiene que conocer a mi mamá encantada mañana iré a verla ella está en el segundo piso adiós muy hermosa su bolsa si tanto le gusta intentaré conseguirle una ésta no se la doy porque es un regalo adiós hasta mañana la cuestión es que me empeñé en conseguir la tan elogiada bolsa no sé si por ternura por respeto a esos 89 años por esos ojos tan grises tan tristes tan solos y le pregunté a nikla si tendría alguna por supuesto fue un no la respuesta tenía pocas y las repartió entre sus clientes más selectos me sentí alagada es muy buena comerciante de las que le gusta su trabajo como hacían los viejos dueños de almacén de hecho así empezó y así la conocí cuando atendía el almacén heredado de sus padres en la esquina a pocos pasos de donde está hoy el supermercado ya no tengo pero voy a ver que puedo hacer tal vez alguna medio gastada consiga lo que sea estará bien y harás muy feliz a alguien ya te contaré sentí perfume a jabón pasos antes de llegar a la residencia la puerta de rejas de la lavandería es una de las entradas a “las palmeras” y allí estaba zulema sentada en su sillas de ruedas haciendo un círculo en el piso mientras llamaba a la asistente para que abra la puerta porque está tan triste zulema y le dí un cálido beso es que hoy estoy así recién salgo de mi pieza ni comí la cabeza me va a doscientos por hora bueno mire lo que le traje y saco la bolsa de mandados quilmes que pongo sobre sus piernas esto le va a gustar casi salta de alegría que dios te bendiga miles de bendiciones sos un ángel hoy le contaba a nikla el abrazo que me dió zulema cuando abrió el paquetito donde estaba la bolsa con la publicidad de los 350 años de quilmes que ella consiguió se la dí y olvidó por un rato todas sus tristezas no sabía como agradecerme yo tampoco volví caminando despacito hasta casa el agua no cayó esa vez

La autora quiere darle al cuento una composición sonoro-visual diferente, por esto no se sigue con las reglas ortográficas

Graciela Ciampini
gracielaciampini@yahoo.com.ar







Solía llamarte pero cada vez que me acuerdo de vos me tiembla el pulso, es que pasó mucha agua bajo el puente, pero así y todo, siempre te voy a reconocer entre la multitud. 
Siempre vas a resaltar, vamos a resaltar en medio del tumulto
Solía llamarte, 
sí solía llamarte con el pensamientoy con la intuición.
Solía invocarte, abriendo mi ventana
en la calidez del día,
en el clima templado de la mañana, al recibir el alba
en las partículas que emana el ambiente
en el reflejo del solcito que acaricia mi semblante.
Solía llamarte
solía llamarte “Mi varón”, mi talón de Aquiles, mi amuleto y mi Nirvana,
todo en forma de alucinación.
Mi mantra, la razón de existir, solía llamarte
Por esa puertitapor donde solo puede pasar Alicia en el país de las maravillas 
Mi zanahoria! Mi zanahoria! Mi zanahoria!
QUE LE CORTEN LA CABEZA!!!
Solía sonreir por por pocas razones, pero suficientes.
Suelo llegar al inicio de las cosas, al principio de la existencia, a la razón primera, a la buena intención, al destape de la verdad, sin que nadie pierda y salga lastimado.

Ximena Lupis
ximenalupis@outlook.com







Trasatlántico

Con vestidura de alas y aguas cristalinas,                                                         A la memoria del Titanic
desheredado de bastón y galera.                                                                                                Año 1912

Soneto de hielo a media noche,
donde apagar la voz de aquellos seres
silenciados para siempre.

Halo místico de almas enmudecidas,
de frías aguas,
que se cerraron …
          como sábanas de seda.

Naufragio.
                 Te tintaron historias,
a partir de la historia, 
para consagrarte leyenda .

Vivian Cast
viviancastben@hotmail.com

Revista Viajero Nro. 122 - Noviembre de 2017



Las Dos Princesas

Había una vez una princesa guerrera muy valiente que se llamaba Nadine vivía en un hermoso castillo en medio del bosque de las mariposas con árboles muy altos y viejos, un gran lago cristalino y caminos para todos lados.
Cruzando el bosque de las mariposas estaba el Reino de las Rosas y allí reinaba la princesa Mia. Una princesa muy dulce y distinguida. Astuta, hermosa y refinada.
La princesa Mia y la valiente princesa Nadine eran amigas.
Cuando el reino de la princesa Mia fue atacado por el reino de los Osos la valiente princesa guerrera Nadine acudió en su ayuda.
Montada en su corcel blanco la princesa Nadine peleó durante todo el día y al empezar a oscurecer terminó de vencer a los Osos. Los pocos guerreros osos que quedaron salieron huyendo y nunca más volvieron.
En agradecimiento por haberlos librado de los osos la princesa Mia le envió diez mil rosas de las mejores para embellecer el castillo del Bosque de las Mariposas.
En el reino de las Rosas y en el Bosque de las Mariposas reinó la paz gracias a la valiente princesa Nadine y la astuta princesa Mia

Daniel Giacone
giaconedaniel0@gmail.com






Final

Y fue entonces cuando nos dimos cuenta
que no quedábamos muchos
y encima tan pequeños
frente a la devastación,
frente al precipicio,
(y hay quien decía que ese precipicio no existía)
frente al hambre y a la inundación
frente a una pared
contra la que nos estrellamos,
en donde árboles y animales, ríos y arroyos
se nos escapaban de las manos
y se alejaban cada vez más rápido de nosotros
y los edificios seguían subiendo
(ellos nunca se detuvieron,
nunca dejaron de “construir”,
a pesar de todo lo que habían destruido)
no sé para quién,
no sé para qué,
y el humo no nos dejaba ver
lo que había sido siempre
tan importante para nosotros.

Aún así, yo vine a decirte que te amo
en medio del ruido, la mugre, el agua que sube
llena de basura,
vine a decirte que lo siento,
que yo también puse mi parte para que esto pasara
(¡quién no!)
y ahora no sé
qué hacer ni dónde ir.
Pensaba en traer una flor,
y te juro que no encontré
en cuadras y cuadras y cuadras
que caminé entre la gente
que buscaba algo como yo
y no encontró nada. 
Sé que podemos lograrlo,
aunque no sé cómo todavía.
Sé que podemos volver a empezar,
aunque la gente deambula buscando comida
(dicen que en otros lados ya no hay agua,
pero el gobierno lo desmiente)
buscan lo que pueden
y se preguntan cómo fue,
en qué cabeza cabe pensar
que todo lo que valía la pena
podía ser cambiado por lo que no lo vale.
Si hasta al mismo Dios
lo empezaron a vender en cómodas cuotas
(eso fue antes de decir que no existía,
o tal vez se había acabado el stock
y sus pilas y accesorios se vendían por separado)
y cuando le quitaron a Dios a la gente
y después dijeron que el Hombre
(así, con mayúscula, como lo marca la Historia)
tampoco existía, sólo la estructura, sólo el Partido
(que sabía mejor que nadie
lo que le convenía a la gente,
el Hombre no, ya había razonado demasiado,
déjennos a nosotros, les diremos qué hacer…)
sólo el Gobierno,
sólo el Mercado,
sólo los índices,
sólo el PBI,
sólo el riesgo país,
sólo los valores de la Bolsa
mientras los otros valores ya no existían
porque la gente ya no creía en ellos,
y si no hay mercado para algo, no hay mercado,
ellos mismos le dijeron a la gente
que los valores no importaban,
porque ahora hay que hacer plata
(y podés hacerla tranquilo, ahora que pensamos por ustedes,
ahora que les vamos a decir qué hacer y cómo hacerlo,
ahora que el Hombre ya no tiene la obligación de pensar
y hacerse cargo,
ni es el sujeto que cambia la Historia),
ahora es hora de dedicarse a mirar
nuevos dioses en nuevos altares con carteles de precio
a través de las vidrieras,
y también trabajamos con tarjeta
-nunca salga sin ella-
ahora hay que acumular cueste lo que cueste
y por sobre quién sea
(total, Dios ya no te mira)
ellos, los de siempre, se quedaron con los valores
dejando de lado los valores
y se llenaron de valores y de barriles
pero eso jamás llenó su tonto corazón
ni el nuestro
el necio corazón del Hombre que se volvió sólo Hombre
u hombrecito frente a tanto,
su necio corazón
que se olvidó que era parte de un mismo Dios,
mirá bien qué vas a elegir
(como dice la Biblia,
tengo  un ejemplar que encontré
cerca de un tacho de basura).
Te lo llevo, amor, para que lo leamos juntos,
veré en tus ojos la luz de mi camino,
mientras leemos este libro y otros que encontré,
y te diré que te sigo amando,
tanto, tanto, como en el comienzo de los tiempos,
a pesar del final
(yo no quiero pensar en el final,
por eso te busco…)
voy caminando para verte,
entre viento y papeles que vuelan,
ruido y gente y humo que no me dejan encontrarte,
voy pensando en verte y decirte y pedirte
que empieces de nuevo conmigo. 

Adriana Narvaja
adrinarvaja@gmail.com






Decisiones

Desolación, miedo e incertidumbre,
te llevaron a tu escepticismo 
y añorar lo metafísico.
Soy la llave, soy la mentira,
depende de tí elegir.
Amplias realidades acechan
¿elegirás la correcta?
No depende de las influencias,
estas tú solo.
Con tu decisión puedes 
Cambiar la historia,
lograr volver al principio del fin.
Esclarecer esas dudas que te
han marcado en el camino

Robledo, Marcos A.
robledomarcos3@gmail.com






Una y otra vez

Jamás esclavas 
resuenan en otra oreja 
cuando truenan las memorias.
Hablo de la virtud e inocencia, recuerdas?
Muy joven para tal fascinación
llévame a la aurora con tu visión 
de nueva flor,
al placer triunfal del amor primero.
Volteretas fantásticas de eternidad
y sus sones alados en coro, fuiste mi epigrama.
Resuena ese beso entrañablemente débil,
ven aquí (como ahora te imagino) y salgamos a 
pasear.
Conduzco tus corceles,
parte de mis deseos.
Déjame ostentar la noche 
vestida de encajes y verdes gramas,
Con tus hojas de viña 
Y el perfume de tu pecho
que son magnolias de un pasado
doradas flechas de eros.
Ten por seguro fiel amada
no le contaré a nadie,
que dejamos morir al amor
una y otra vez.

Luciano Calzada
lucianoquilmes@yahoo.com.ar







La princesa que no podía sonreír

  El rey Fernando y la reina Cecilia estaban muy preocupados y nadie sabía por qué. Esta história que hoy vamos a escuchar sucedió hace muchos años en un país llamado Laguna Azul y ¿por qué ese nombre? Porque todas las casas estaban construidas alrededor de una inmensa laguna cuyas aguas eran increiblemente azules.
     El castillo estaba ubicado un poco más lejos al pie de una montaña muy alta, en él vivían los reyes y su hijita la princesa Alejandrina, ella tenía diez años, era una niña muy particular, no salía nunca, jamás se la veía jugar en el jardín del palacio o pasear con sus padres.
     Todo era muy extraño, los reyes, como dijimos al principio, mostraban una gran preocupación, pero, no decían nada.
     ¿Qué le pasaba a la princesa? No podía sonreir, sus padres hacían todo lo posible para que esto sucediera, le traían payasos, magos, cómicos, nadie lo lograba. ¿Por qué sucedía esto? Cuando la princesa nació era una bebé hermosa, se reía permanentemente con cuanta persona se acercara a saludarla. Un día, apareció una señora muy elegante que quiso conocer a la niña, los reyes la dejaron pasar con mucha desconfianza. Cuando se acercó a la cuna, la miró fijamente y la niña no volvió a sonreir, luego se dio media vuelta y salió rápidamente sin dar explicaciones de lo que había hecho.
     Todos la siguieron, corrieron sin parar, pero ella desapareció como por arte de magia. ¿Qué pasó?, ¿quién era aquella misteriosa dama?, ¿qué maldad ocultaba? Nunca nadie lo supo, el caso es que la princesa no volvió a sonreir.
     Pasó el tiempo y como ya dijimos Alejandrina cumplió diez años sin poder sonreir hasta que una tarde pasó algo muy extraño, algo que nadie pudo explicar jamás. El cielo estaba nublado, hacía frío, de pronto comenzó a sonar una hermosa melodía, una melodía que nadie había escuchado. Todos quedaron embelesados, comenzaron a sentir una paz y una tranquilidad que nunca habían sentido, salió el sol, las nubes se fueron y el ambiente se tornó cálido pero agradable. La melodía se escuchaba cada vez más cerca el instrumento que la ejecutaba era un violín. De pronto se comenzó a divisar un jinete montado en un hermoso caballo blanco que se acercaba más y más, él era el intérprete de aquella maravillosa melodía.
      Cuando llegó a las puertas del castillo siguió tocando cada vez más fuerte, éstas se abrieron y salieron los reyes para ver qué pasaba, Alejandrina, escondida, escuchaba. _¿Quién eres? le preguntaron. El jinete sin dejar de tocar contestó: _Soy Alexis, el príncipe de Espejo Dorado, y él es..._Yo soy Zeus, dijo el caballo, y comenzó a bailar al compás de la melodía. Casi se desmayan todos con esta sorpresa, ¡el caballo hablaba! De pronto todos se callaron y comenzaron a escuchar una risa cristalina, una risa contagiosa y sin que nadie se lo imaginara apareció la princesa Alejandrina que se seguía riendo sin parar, se reía por primera vez en sus diez años de vida. Los padres agradecidos bailaban de alegría y fue así como Alexis y Zeus, gracias a su música, rompieron el hechizo que con su mirada logró sobre Alejendrina la dama misteriosa.
     Ahora después de este final feliz, el lector se preguntará cómo llegaron Alexis y Zeus a Laguna Azul y sobre todo por qué Zeus hablaba. Pues bien, cuando Alexis salió a recorrer el mundo con su fiel caballo se prometió a si mismo tratar de solucionar los problemas que encontrara, y lo haría a través de la música. Y de tanto andar por esos largos caminos comenzó a hablar solo, pues no tenía con quién hacerlo, y fue así como Zeus al escuchar y escuchar empezó a hablar y por supuesto a dar consejos que, a Alexis le sirvieron para poder realizar la tarea que había elegido: hacer el bien a todo aquel que lo necesitara.

Cristina Quarella
cristinaquarella@hotmail.com.ar







la poesía del futuro será escrita por robots.
la poesía del futuro tendrá programas
logarítmicos para armar poemas de todo tipo.
el poeta seleccionará el argot, dos o tres palabras
que quiera resaltar, alguna forma poética
-tradicional o libre- adecuada y listo, será la poesía del futuro.

los certámenes poéticos tendrán un jurado de programadores
y analistas de sistemas, dictaminarán 
cual fue el más bello logaritmo, y claro, el azar hará lo suyo
porque de todos modos el azar siempre hizo lo suyo.

lentamente la humanidad abandonará todo rastro de afectividad,
emociones, ardores, sensaciones se irán difuminando
y cuando los niños del futuro pregunten a sus padres
que es el amor ellos dirán
"no nene, 
esas son cosas de máquinas".

Lautaro Colautti
leftraru.defrente@gmail.com







Dulcemente amor

Quiero escribir mil cosas
y en tu mirada me pierdo:
cálida, tierna y con aspecto seguro.
Devuélveme a esta tierra,
no quiero estar en el cielo.

Saltando etapas
un día me dijiste te quiero;
es tan dulce tu amor
que no quisiera perderlo.

Quiero quererte en silencio,
pero en silencio amarte no puedo.
El amor en mi pecho
está sufriendo un encierro,
libéralo y tendrás el premio
de mis besos.

Quiero escribirte mil cosas
pero tu foto no me deja.
Me mira incansablemente,
diciéndome que de este amor
está presa.

Transitemos el camino
y que nos deje huellas,
disfrutemos de este amor
que es tan lindo como las estrellas.

Héctor Carpio
hectordca61@hotmail.com.ar

Revista Viajero Nro. 121 - Octubre de 2017





No hay flores en primavera...
Para los corazones solitarios.

Inoloros son los jazmines.
Y las nubes ocultan
el cielo azul de septiembre.

No hay flores en primavera...
Para los corazones solitarios.

Mudos son los pájaros.
Invisibles serán las mariposas
que vuelen frente a sus ojos.

No hay flores en primavera..
Para los corazones solitarios.

No florecen los jardines en Quilmes.
Tampoco se refleja el sol
en las hojas de los árboles.

No hay flores en primavera...
Para los corazones solitarios.

Marina Aguirre
anira90@hotmail.com







El jinete misterioso y su caballo blanco

Hace muchos muchos años en lo alto de una colina y a orillas de un inmenso mar azul, se elevaba un antiguo castillo medieval. En este castillo vivían el duque y la duquesa de Espejo Dorado. El duque se llamaba Alejandro y la duquesa Mercedes. Alejandro y Mercedes habían llegado a Espejo Dorado algún tiempo atrás, felizmente casados y con una gran novedad, estaban esperando un hijo.
     El pueblo de Espejo Dorado era muy tranquilo, cada familia tenía su granja donde cultivaban y criaban sus animales, todos trabajaban mucho y lo hacían con gran entusiasmo. La llegada del duque y la duquesa los puso muy contentos, pues ellos iban a gobernar muy bien y, principalmente iban a cuidar los intereses de cada uno de los habitantes.
     El tiempo fue pasando y un día después de nueve meses llegó por fin Alexis, el tan esperado hijo de Alejandro y Mercedes. Qué alegría recorrió todo el pueblo, se organizó una gran fiesta, todos cantaron y bailaron dos días seguidos.
     Cuando la fiesta terminó volvieron a sus casas y siguieron trabajando alegremente como siempre lo hacían.
     Alexis comenzó a crecer fuerte y sano, sus papás lo querían mucho y todos eran muy felices. Cuando cumplió los diez años su papá le hizo un gran regalo: un hermoso pony blanco, Alexis estaba tan contento que saltaba de alegría, enseguida lo montó. -Cómo lo vas a llamar? le preguntaron. -Zeus, el invencible- contestó. El caballito, al escuchar su nombre relinchó y a la orden de: Vamos! comenzó a bajar la colina. Alexis lo guiaba muy bien y juntos se internaron en el bosque que estaba a orillas del mar. Cabalgaron y cabalgaron y de repente comenzaron a escuchar una extraña y hermosa melodía que provenía del centro del bosque, siguieron el sonido hasta que se
encontraron con una humilde cabaña. Alexis se bajó, ató a Zeus a un árbol y se acercó a la puerta, golpeó, le abrieron y entró, no había nadie aparentemente, solo un violín apoyado en la pared, como si alguien se lo hubiera olvidado. Alexis tomó el violín y sin saber nada comenzó a tocar la hermosa melodía que antes habían escuchado, Zeus, afuera relinchaba y parecía que cantaba, los árboles comenzaron a moverse como si bailaran, los pajaritos volaban y sus alas parecían brazos que se agitaban al compás de lo que estaban escuchando. Todo era alegría, se vivía un clima distinto, misterioso. Alexis seguía tocando, miró por la ventana y vio el espectáculo, entonces quizo salir y algo extraño pasó, no podía moverse mientras tocaba, no sabía qué hacer, si salía se acababa la magia que estaban viviendo, si se quedaba no podía participar de ella, de pronto algo lo tocó, se dio vuelta y vio una hermosa figura vestida de blanco, todo se iluminó en la cabaña, esta hermosa aparición le hizo un gesto para que guardara silencio, tomó el violín y siguió tocando. Alexis hizo una reverencia y salió a encontrarse con su compañero, en ese momento cesó la música, todo volvió a ser como antes, el niño montó su caballito y comenzaron el viaje de regreso al castillo.
     Todos los estaban esperando ansiosos para empezar la gran fiesta de cumpleaños que le habían preparado. Alexis sopló las diez velitas, estaba muy contento pero, se sentía algo extraño, no se acordaba de nada de lo que había pasado en el bosque, Zeus por supuesto tampoco. Comenzó la gran fiesta, todos se divirtieron mucho hasta el amanecer, luego se fueron a sus casas, y al otro día nadie trabajó, el duque decretó feriado.
     Alexis se despertó a media mañana , se sentía cansado y seguía con esa sensación extraña de no saber lo que le pasaba. Después de desayunar fue a buscar a Zeus y comenzaron a baja la colina sin saber por qué hacía ese camino otra vez, de pronto sucedió, nuevamente la melodía, la hermosa melodía que les daba paz y alegría. Siguieron cabalgando y llegaron a la cabaña, todo lo que estaba alrededor de ella bailaba y cantaba. Alexis bajó de su caballito y se dirigió a la puerta, golpeó pero nadie le abrió, entonces la empujó y cuan grande fue su sorpresa cuando vio que el violín sonaba solo, nadie lo tocaba, ni siquiera aquella hermosa figura vestida de blanco. El niño no se asustó estaba embelesado con la música hasta que ésta cesó y todo volvió a la normalidad.
     Alexis tomó el violín se subió a su caballito y muy alegres regresaron al castillo.
     Todas las mañanas salía al balcón y ejecutaba en el violín la misteriosa melodía, enseguida todos los habitantes de Espejo Dorado se ponían a trabajar alegres y con mucha energía, ese era el secreto: la música los hacía vivir intensamente.

     Pasaron los años, Alexis creció, Zeus también y un día los dos juntos se dicidieron a recorrer el mundo y así fue como llegaron a Sinfonía, la ciudad de la música, lo que allí pasó ya lo sabemos, quién fue el jinete misterioso que le devolvió la vida? pues...Alexis y su caballo blanco llamado Zeus y... cómo fue que Alexis aprendió a tocar el violín, eso si que nunca nadie lo sabrá.

Cristina Quarella
cristinaquarella@hotmail.com.ar






Recuerdos encadenados
"Tragedias y penas de un amor
Soñé que escribía un poema,                                                                                         que no pudo ser."
eran verdes las líneas.
No recuerdo que decían,
tal vez me esperanzaba en éste.
Ese retoño que llevas dentro
de tus entrañas.
Luz y esperanza de lo más profundo
de nuestro ser,
alimentarás con tu esencia misma.
Siempre las mismas no conversaciones,
las mismas caras.
Si preguntas por mis sentimientos 
son verdaderos, te odio porque te amé.
Ángel, ahora es un ángel. 
Vuela entre nosotros.
Adiós no me digas que te extraño, adiós.
No me digas por qué.
Adiós, sin que sepa por qué..

Robledo, Marcos A.
robledomarcos3@gmail.com






Minuto

El que se posa, incurable limitación.
Aquel abre el tiempo sin tiempo,
al mundo detiene serenamente
sin aparente propósito.
Las orbitas se hielan de silencio entrometido,
se han de vencer todos aquellos andamios
de medidas por esta medida, como irreal por cierto.
Reposa de fin a principio.
Las mariposas, visitantes
sueñan con volar en lontananza, suspendidas.
Donde los picaflores petrifican,
en estrepitoso vuelo
en fugaz movimiento
aleteo, flor.
Se han de acariciar inmóviles, rio y mar, sal y azúcar.
Hasta Poseidón perderá su poder mitológico.
El minuto que se ancla en algún puerto, como colgado,
pausando universos.
La lluvia se contará de a gotas
tan fácilmente como lo imposible
ansiosas por cumplir su ley, agua elemental.
Se han de atrasar los ocasos y prolongar las auroras boreales,
por qué el minuto aquel,
aquel en tu cuello
- inhalo – desaparece el mundo 60, 59, 58, 57…
Con mi corazón de viejo segundero.
Se posa mesurado y muere.
Tal cual el beso en tu piel, mi boca de verdugo.
En ese breve espacio, ingrávido, atemporal
¡Cuanta belleza!
-exhalo- 3 , 2 , 1 , 0.

Luciano Calzada
lucianoquilmes@yahoo.com.ar






Mujer buena

Mujer de intenso semblante
Mujer que emana el cielo
Que pretende usted de mi?
Mujer madura
y diosa del piano
do re mi, do re mi
mujer diosa, dígame que estamos a tiempo
mujer de maquillaje perfecto y ojos color marfil
cuánto tiempo más, cuánto más tiempo.
Mujer que se revela
Mujer
Mujer que de día tiene un ánimo
de tarde, otro ánimo y
de noche…bueno de noche….
Dios dirá…
mujer …………
Mujer de múltiples modos
Mujer que naciste para ser  diosa
Mujer
Mujer que confías en mis talentos
Mujer que me esperas… siempre me
Esperas
Mujer que buscas constantemente mi bienestar
Oh si !
Mujer que aleja las incertidumbres
Tu mirada es como un láser.
Mujer perdón por ser autodestructiva.
Mujer divina
Pronto entenderé tus mensajes
Mujer lluvia de diamantes
Mujer enamorada del presente
Del presente y nada más.
Mujer
Mujer
Mujer que sos más linda que la misma suerte.
Me quedo sin palabras para describirte
Mujer me das un tremendo impacto visual
Mujer te di todo, que más querés de mi
Mujer de terreno fértil
Mujer, soy la que maneja èste barco por favor confíe en mi.
Mi vieja…mi pedestal.
Mujer que premias el coraje

Ximena Lupis
ximenalupis@outlook.com






llovió toda la noche y sigue lloviendo Izzy querido duerme patas para arriba en un arco envidiable sobre la columna en un perímetro reducido del sillón de mimbre me duele lo mismo de cada día acentuado por el estado atmosférico un video que me envió mi hermana por celular dice que los humanos nos pasamos la vida hablando del tiempo y de dolores o enfermedades decidí hacer mate abrir la notebook y empezar a deslizar los dedos en las teclas así empieza este cuento corto no tanto como aquel maravilloso de siete palabras...”cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”… siempre que lo recuerdo me remite a los ginkgo bilobas de la plaza de mi barrio esos ancestrales árboles prehistóricos con olor a dinosaurio y a los terribles cuentos de quiroga larga cadena asociativa para esta mañana pensé y empezaron a desfilar las imágenes de los dibujos de breccia …la gallina degollada… …rojo rojorojo… leí por primera vez cuentos de amor de locura y de muerte cuando tendría ocho años mi infancia giraba entre los deberes escolares del colegio de monjas una estricta educación familiar clases de pintura y flauta dulce pocos juegos ninguna amiga ninguna mascota solo una hermana tres años menor un televisor blanco y negro una bañera gigantesca en el baño familiar pizza casera y waltdisney a las 19 horas todos los domingos un ritual repetido por años casi lo había olvidado de no ser por un cuento de siete palabras entonces pensé podría escribir algo más corto mi sobrino me desafió con …el agua no cayó esa vez… seguro seis son menos que siete así que el desafío era por menos los pies se me enfriaron a pesar que era pleno verano hice una segunda ronda de mates la lluvia seguía cayendo agua de donde no cayó esa vez me pregunté mejor dicho una vocecita dentro de mi cabeza a la altura de los oídos me empezó a taladrar como la ensordecedora lluvia afuera sólo eran pensamientos que demoraban mi tarea una historia con cinco o menos entonces recordé ese aterrador relato de lispector también de siete …”Había una vez un pájaro. Dios mío”… una ráfaga de aire frío por la espalda hizo que abandonara los dedos del teclado y estirara la columna el sonido de los huesos opacó la lluvia fue cuando un gorrión atolondrado chocó su vuelo con el vidrio de la ventana Izzy que estaba muy cerca no perdió oportunidad y con una sola maniobra se comió lo que fue un pájaro

Graciela Ciampini
gracielaciampini@yahoo.com.ar






mi amor, vos necesitás a alguien
que te mienta
que te mienta mejor
y te diga que todo
va a estar bien, que todos merecemos
ser felices, que el placer nos es
posible, que todos podemos
salvarnos
y yo, los restos del hombre
que no fue,
con la sutil antropología
de creer que somos animales asustadizos
que se decantaron
por cámaras de gas
por cámaras de seguridad
antes que por lenguajes arcaicos
mucho más vitales
yo, me temo,
que no soy un buen partido.

Lautaro Colautti
leftraru.defrente@gmail.com






Amigas, compañeras y alumnas

Para empezar, les dejo mis esperanzas,
mis sueños y algún atardecer que me gustaría
haber podido compartir con ustedes, además
un puñado de colores, varios bocetos, unas
cajas de lápices gastados, pasteles rotos,
gomas con los nombres de ocasionales alumnos,
libros de arte de escritores queridos, medallas,
diplomas y muchas letras apiñadas, fotos y otras
historias que hablan de todo un tiempo dedicado
a esa aparentemente tarea de intentar crear un mundo
a fuerza de pincel.
Es todo lo que tengo, todo lo que di y me dieron.
Son mis alegrías, algunos logros, pero sin duda son
las que hicieron que mi dolor y mi soledad no sea tanto.
Todo esto es lo más parecido a la vida que pude
encontrar para dejarlos.

Liliana Bianchet

Revista Viajero Nro. 120 - Septiembre de 2017




La traición

La traición. Es un hecho. Es la conclusión de una elección. Es el eclipse a lo bello. La oscuridad que cubre la luz, los días de sol, los hermosos recuerdos. Podemos olvidar por dejar de ser amados, por el final de un amor o la extinción de la pasión. Eso no impide reir o llorar recordando un beso. Pero la traición es un acto, un hecho que el corazón debe condenar y la razón hacer cumplir sentencia. No hay esperanza, ni espera. No se mira hacia la ventana deseando su regreso. Solo hay que pedirle a la noche... que se lleve las últimas lágrimas.

Marina Aguirre






Después de la orilla

Después de la orilla, entré a caminar a paso lerdo y disparatado, pero muy conciente de lo que hago, lo  que hice y lo que harè.
Después de la orilla me arrodillé y lloré.
Después de la orilla y nada más.
Después, antes y después, por lo que hice y por lo que haré.
Sentada en la orilla, alli me encontrarás,
Allí me encontraré.
Rezando en tiempo pausado, acariciando mi piel.
Después de la orilla, me pregunto:
¿qué  vendrà después?
Si nos miraremos, si te contemplaré.
Después de la orilla y
antes también.
Cuando los vientos soplen fuertes,
Después de nosotras y futuras orillas
Cuando las golondrinas canten,
y los murciélagos se dejen ver.

Ximena Lupis







Princesa de un cuento infinito

Por favor déjame solo aunque sea esta noche.
Soy prisionero de la libertad.
Quiero sentirme vivo, quiero escapar.
 Siento tu cálido cuerpo, perdiéndose en el
                                                           mío.
Siento nuestra desesperada pasión por
encontrar
nuestras manos acariciando nuestros cuerpos,
tus labios rodando sobre mi cuello.
 No pienses que te he abandonado.
Siempre he esperado que regreses de otro
                                                                lado.
Fuiste y serás mi amante nocturno.
Niña de ojos cansados por ilusiones
                                            destrozadas,
aún separados, te pienso mucho más.
El amor se explicó en los pliegues de mi
                                                             cama,
ellos dicen que algo ocurre entre nosotros dos.

Robledo, Marcos A.







Ayer

Antes que la cintura se ensanche
Mucho antes, cuando los pechos miraban al cielo.
Allá lejos cuando el cuerpo era liso, fresco, plano
Cuando no había cicatrices, marcas, hondos errores
Cuando el pelo centelleaba y se agitaba en el viento.

Antes de las pecas cuando los cuarenta grados no inquietaban
En ese tiempo de suspiros y sonrisas.
Cuando los ojos ardían y el corazón estallaba.
Allá cuando las palabras no costaban
Cuando la risa era un brote y la lágrima un alivio.

Antes, cuando la piel se encendía en el roce
Y la brisa y la canción y las manos eran pájaros bravíos
eran ríos, eran mares, eran estallidos, eran furia y eran calma.

Antes de la aspereza, antes de los miedos y los silencios perpetuos
En el tiempo de mariposas y madreselvas.
Allá cuando los lirios almizclaban el aire.
Cuando repetía tu nombre
Cuando las noches flagelaban el alma.

Allá lo prohibido y lo intenso se acoplaban
En ese tiempo de gloria de voluptuoso andar
Cuando se abría mi boca en el beso.
Cuando cosquilleaba el deseo en lo recóndito.

Allá lejos en el tiempo de miradas y extrañezas
Allá tan lejos cuando se rasgaba el aire con tu voz.

Susana Singeser







El violin olvidado

Había una vez hace mucho mucho tiempo un gran teatro, un teatro muy importante. Este teatro estaba ubicado en una ciudad muy hermosa y muy antigua que se llamaba Sinfonía, y...por qué ese nombre, porque en Sinfonía todo el día se escuchaba música por todos lados, los grandes, los chicos, todos cantaban y bailaban y tocaban muchos instrumentos. También tenían en aquella hermosa ciudad una gran orquesta que todos los domingos ofrecía un gran concierto en el teatro y éste se llenaba con la alegría de toda la gente que iba a escuchar la maravillosa música de Bach, Mozart, Beethoven.
     El director de aquella orquesta era un músico muy exigente y muy sabio y los músicos que es dirigía eran muy estudiosos, por eso la música que ellos interpretaban sonaba maravillosamente.
     Pero lamentablemente la terrible noticia llegó a Sinfonía, el teatro se cerraba por ordén del gobernador, no tenía más presupuesto para mantenerlo. Todo el pueblo se conmovió, nadie podía creer lo que estaba pasando. Pidieron, suplicaron, pero no consiguieron nada. Llegó el domingo y comenzó el último concierto. La gente lloró de emoción y de tristeza porque nunca más iba a escuchar algo así.
     Cuando terminó la función, todos aplaudieron hasta que las manos no dieron más, después comenzó a escucharse un profundo silencio y las luces se fueron apagando poco a poco, la gente se retiró lentamente y cada uno se fue a su casa. Los músicos fueron los últimos en salir, estaban muy tristes y silenciosos, era su última actuación en ese hermoso teatro que aquel día cerró sus puertas.
     Al día siguiente la ciudad amaneció muy triste, nadie cantaba, nadie bailaba, nadie tocaba instrumentos, estaba nublado, ni el sol había salido, la gente no tenía ganas de trabajar, los chicos no estudiaban, de pronto... comenzó a nevar copiosamente, nadie lo podía creer, nunca había nevado, todos corrieron a sus casas y se encerraron. Y así pasaron los días, los meses, los años, siempre nevaba y nadie podía salir.
     Un día después de muchísimos años llegó a la ciudad un jinete cabalgando un brioso caballo blanco y su sorpresa fue inmensa al ver el enorme manto de nieve que cubría todo, comenzó a recorrer por donde podía pasar, pero no veía nada, no encontraba a nadie, hasta que llegó a la gran entrada del teatro, la nieve no lo había tapado y las puertas estaban entreabiertas. El jinete se bajó de su caballo, con mucho cuidado abrió las puertas y entró. Adentro todo estaba igual, las butacas, el escenario, el hermoso techo pintado, el sorprendido visitante paseó su mirada por todos lados y por fin lo vio, estaba en un rincón, parado como su dueño lo había dejado, quién era? el violín, el violín olvidado. Lo tomó entre sus manos y para su sorpresa no tenía tierra, lo hizo sonar y estaba afinado, entonces tomó el arco y comenzó a tocar una melodía hermosa casi sobre natural.
     Los sonidos se hicieron cada vez más fuertes, se empezaron a escuchar por todos lados y...sucedió el milagro, la nieve comenzó a derretirse, el sol volvió a salir, la gente, que de tanto esperar se quedó dormida, se fue despertando asombrada por lo que escuchaban: música otra vez.
     Apareció el gobernador y detrás de él los músicos, todos con sus instrumentos menos uno, comenzaron a tocar la misma melodía que cada vez estaba más cerca, pero, algo faltaba, qué faltaba? el violín olvidado, el violín que tantos años estuvo silencioso en el teatro y que ahora su dueño extrañaba con todo el corazón. De pronto, todos dejaron de tocar, la melodía estaba cada vez más cerca y por fin apareció el jinete con su caballo blanco ejecutando la hermosa melodía, todos lo escucharon atentamente hasta que ésta terminó. En ese momento el jinete buscó al músico sin instrumento y le devolvió su violín, éste comenzó a tocar y poco a poco toda la orquesta volvió a sonar, ahora completa, todos fueron otra vez felices, Sinfonía se convirtió en la ciudad más musical del mundo.
    Nunca más se cerró el teatro donde todos los domingos se realizaba un nuevo concierto, y...quién era ese jinete misterioso? Bueno eso ya lo sabremos...en otro cuento.

Cristina Quarella







"Qué tal sería Pizarnik cómo madre de quien nacías?"
Massacre

en la lejanía de la noche
están los que bailan
y los que duermen

en la lejanía
cuando cae la hora ciega sin recuerdos
y con ese leve asfixiante dolor
del amor que nos encanta
del amor que rompe los espejos
vamos de-creciendo
en un camino que dibuja la muerte

y nos preguntamos
qué es esa sombra extraña
que divide
el adentro y el afuera

y nos preguntamos
el porqué del incendio
el porqué las puertas cerradas

en el fin de la noche acorazada
yo bailo el poema que no digo
el que no merezco

camino del exceso
mañana seré de los que duermen.

Lautaro Colautti







La novia del barrilete

Expectante y asombrada
observaba a mis hermanos
que entusiasmados armaban
el barrilete anhelado.
Mi pestañear se agitaba
viendo como lo creaban.

El pincel en el engrudo, que
con paciencia mezclaban,
cañas, papel de molde,
y cintitas desflecadas,
para acompañar al viento
cuando en el cielo volara.

En sus inquietas manos
sostenían como aliado
un ovillo de algodón
para aflojar y ceñir
el juguete culminado.

Desde mi mundo de muñecas,
mi fantasía deseaba: una
mariposa coqueta de celofán,
multicolores sus alas,
para volar como novia,
a la par del barrilete
y así solo no viajara.

Me sorprendo gratamente en cada barrileteada,
cuando hacia el cielo adornado yo levanto la mirada,
reviviendo la ilusión de la niña que aún llevo dentro.
¡¡¡Quisiera ver por los aires la unión de ese gran idilio,
que surge, a través del tiempo!!!

Nilda Etel Deluca







Quilmes

Nací por halla cercano cumplir el medio siglo pasado; tu cielo fue mi primer cielo y ese mismo me guió hasta aquí.
De purrete arrabalero me arrojé por esas calles, entre campo, ciudad y estuario; descubriendo experiencia, compartiendo andanzas y abrazando amistad.
Mi antaño barrio: humilde, perseverante, de gente ilusionada,  hombres de trabajo, mujeres luchadoras; y nosotros de calle, escuela y más calle; allí donde la maquina de hierro ruidosa y humeante unía las dos capitales y sus rieles dividían los puntos cardinales; Rivadavia, nuestro emblema, de estacion a plaza San Martín, sus aceras con faroles esquineros y ya por deleite reunirnos a observar a ellas, bonitas, luciendo su incipiente juventud. La ribera, su magia y su murallón de espalda descubierta, en el cual con trasnochados espineles pernoctavamos en ellos; la eterna rambla, sus juegos iniciaban el trayecto; más arriba, en ordenadas mesas concurrían por las noches de verano familias a ver cine y como pretexto la cerveza.
Sobre Cervantes, dos pistas bailables; el zorzal y el famoso rancho grande, donde no solo debías demostrar dote de bailarín, también estirpe de guapo y frente ellos la gallega con su historia de damiselas frágiles y ardientes momentos.
Al oeste, campos, lagunas, arroyos, quintas y hornos de ladrillo. ¡Qué cerca todo está en el tiempo!
¡Cuántos sueños surcaron nuestra esencia! y aquí, bajo tu cielo agradezco haber crecido en esta, por siempre, mi amada ciudad.


Luis 528

Revista Viajero Nro. 119 - Agosto de 2017



Como lija sus manos de tanta caricia
Nudos en los dedos de abrazos deshechos
Acuosos los ojos de mirar esquinas
De tanta zozobra doblada la espalda
Profundos temblores

El pecho ajustado de tanto quebranto
La boca doliente de besos perdidos
Oídos cansados de tanta palabra

La vida le esquiva
Lo nutre el espanto

La calle le grita de tanto camino
Lo aplasta la noche, lo aprieta, lo ciñe
Se parte en pedazos de tanto desvelo
Lo hiere el silencio. Se cuela en sus huesos
Se hunde en la bruma de tanta botella
Se aquieta el castigo

Se aleja
Se pierde

Susana Singeser






El acuario

Esa semana los domadores estaban sumamente preocupados por la foquita que se fue al rincón de la piscina.
Ya ni siquiera quería comer los peces más ricos que los muchachos  le ofrecían .
Después de un rato  a uno de los domadores, se les ocurrió pensar, que talvez la tristeza de la foquita de debía a que extrañaba mucho a su familia que permanecía en el mar.
Luego de un rato juan un de los mejores domadores salto y dijo

Y si en vez de traer a los animalitos hasta aquí, hasta este acuario, podemos ser nosotros los que van para alla. Hacia el mar.
Tu que piensas???
Podría ser estupendo!
Sucedió que justo pasaba por allí Lalo el delfin con más oído y olfato, y al escucharlos comenzó a saltar haciendo piruetas.
Loco de alegría!
Y rápidamente hizo correr la noticia, con todos los seres del acuario.
Y fue así que estos domadores ofrecieron a todos los animalitos devolverlos al mar.
Y fue así que en agradecimiento, todos juntos desde focas hasta las ballenas, se unieron y le dan lugar a
“el show marino”
Es un show en la playa en donde participan todas especies marinas dirijidas por Juan el principal domador desde las 17hs hasta las 20hs

Ximena Lupis






CRISTO es DAR

JESUCRISTO TODO LO DIO.
Nada se quedó para sí.
Él todo lo entregó por AMOR INCONDICIONAL A NOSOTROS.

DIVINO...
SANTO...
INMACULADO...
¡DIGNO DE TODA GLORIA!
Su FIDELIDAD a DIOS fue y es TOTAL.

A cada segundo IRRADIABA AMOR de todo su SER,
ÉL ILUMINABA CADA LUGAR en donde estaba,
llenando de BONDAD y MISERICORDIA TODA LA TIERRA.

En lo único que pensó fue en DAR, DAR Y DAR.
Así, se DIO POR COMPLETO.

Y por su INFINITA MISERICORDIA,
y DIVINA ENTREGA DE AMOR
¡¡¡DIOS EN ÉL, NOS SALVÓ!!!

Erika Luz de Dios







Malas traducciones

“Entonces descendió a su memoria,
que le pareció interminable, y logró sacar de
aquel vértigo el recuerdo perdido que relució.”
El hacedor- Borges

Como olvidar aquellas noches en que bajaba del bondi, caminaba por Corrientes que estaba llena de gente (los teatros estaban atestados y en los bares no había más capacidad) y como podía me abría paso entre ellas. Llegaba al bajo y me metía  en algún que otro tugurio, donde a veces iba a cantar Gardel o Goyeneche, que la verdad de polaco no tenia nada, era más bien ruso por la forma de tomar vodka. Y sin decir nada en medio de algún show (que daban por chaucha y palitos o a cambio de yerba buena y sin usar), hacia su aparición el gran Troilo.
Nada descabellado para mis días de juventud, salvo y excepto la vez que perdí la cabeza por una rubia, por una rubia insulsa, que solo iba a coquetear porque al final de la noche siempre se iba sola.
Recuerdo como si fuera ayer, la vez que me pase de pillo con ella y por detrás salió su cafisho y me batió la justa. Dijo que la mina era suya, si tanto deseaba estar con ella que pague. Ni ahí que le tiraba un mango, seguro que me hacia el verso por mi cara de menso. La agarré de la mano para salir, confiado que se rajaba conmigo. Y de un tirón me soltó y con la otra mano, me abofeteó.
En mis hombros sentí una pesada mano y en la cintura una faca. Al toque se armó una ronda por el barullo y la chusma quedó esperando la pelea.
Mientras dejaba de tocar una joven promesa, se iba Marianito Mores dejándole lugar a  El Polaco Goyeneche que entraba. Si tenés una faca, sacala, me dijo. No saco nada porque sos un pichi, pero temblaba al decirlo. Pareces una gallina cacareando, no tenés nada, por eso espantás. Te lo advertí, acá la tenés a mi daga pa lo que gustes mandar. Corriendo vino uno a atarnos un pañuelo en las muñecas y bailamos un tango de El Polaco.
Con las cabezas apoyadas frente a frente pero cada tanto nos alejábamos y tirábamos puñaladas. Entre ochos y cadencias me sacó media patilla. ¡Gracias no me gustaba como me quedaban! No te hagas el capo que pareces un sapo y la mina quiere conmigo, dije entre dientes.
Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien Sonaba cuando volvimos del tironeo y se acercó como para besarme la oreja y dijo: Aprovechá y andate así volvés con la frente en alto. No vale perder tu vida por una mina, a estas las encontrás a la vuelta de la esquina, me aconsejó. A tu vieja también la encuentro ahí y no digo nada, así que tampoco para la pavada. "Por una cabeza de un noble potrillo..." cantaba Gardel, mientras mis riñones sangraban.
Nos desataron, caí al piso y como si fuese nada, a la rastra en la calle me tiraron "acá no paso nada". La yuta que pasaba pa ver que no haya bardo en la calle, me vio herido. "¿Que te pasa tío? parece que no hubo pique hoy, mejor dicho te picaron porque estas malherido", mientras reían.
A la semana me puse la nueva pilcha, los pepes lustrados, parecían nuevos. Bajo del bondi en Corrientes y mientras voy caminando hasta el bajo, me saco los auriculares, apago el i-pod, para vivir un rato en la realidad, y lo guardo por las dudas que me afanen.

Robledo, Marcos A.






Siglo XXI

Hoy…tenemos todo!
todo nuevo! ¡todo!
La tecnología nos cambió la vida
nos hizo más libres, fuertes y seguros!
más sabios y ciertos, sin magia o conjuros!

Hoy tenemos todo! todo nuevo!  ¡todo!

Solo requerimos botones, pantallas!
vamos y venimos! ganamos batallas,
fuera la ignorancia, fuera los peligros
Hoy tenemos todo! todo nuevo, todo!
Tenemos la ciencia, toda consistencia
progreso y productos, congresos de lujo!
leyes que protegen, ritos que ennoblecen

Hoy tenemos todo!  todo nuevo, todo!

Globalizaciones con mil soluciones
somos todos islas,  pero…conectadas!
somos todos piedras pero…decoradas!
somos engranajes como en “ghetos” de antes,
hacemos murallas, rejas y candados
para protegernos de quien está al lado.
Somos…estupendos! tan civilizados
que escondemos mundos muertos y abortados!
Somos  seres light, reciclando todo
todo lo molesto, todo lo sufrido
hemos desechado lo más creativo!
porque es peligroso lo estable, lo vivo
lo tenemos todo! todo satisfecho,
la mente en descanso
el cuerpo…templado
vida de decoro
Todo nuevo!  ¡todo!

Cris Tallon







Las llamas de Amaranta

Arde la noche en la hoguera, se respira a fuego descontrolado que consume todo a su paso.
Amanojado el surco en azules pinceladas, va hacia el Sur y claman los pastizales dorados.
Reduce a cenizas y huele a piel hedionda; mientras una marea multicolor es ejecutada por el sentimiento, y nos obsequia la oración, para que al parir en sus últimos instantes, sea poder la mujer, y la razón, que evite para no ser otra vez arrojada. Mientras el romance y el amor sobrevivan en lo eterno, vivirán también las llamas de Amaranta.

Vivian Cast






Los espíritus del espíritu

Espectros bajo telares conocerán su unívoca decisión. Ante estos y debajo de otros, entre sus versátiles formas y diversos enjambres; y enfrente de la emanación inicial creándolos varios.
Irán desde un rincón telárico mientras delante hayan telas reivindicándolos díscolos; demostrándolos desváricos por capturados, y en perniciosa búsqueda por sensatez intergiversable. Irán haciéndose presas de esa misma red telar desde que la partida los ha insinuado imprudentes, aunque aguerridamente proverbiales. Irán haciéndose convencidamente locuaces, deshaciendo telares entre ellos existiendo. Y la sabrán, la conocerán; sabrán la intacta ansia de escape posible deviniendo de diversas ufanaciones que en espíritus ahitará, como ha ahitado.
Bajo telares, ante y debajo de estos se hallarán siempre libres por su diferenciación, aunque no ante la principal causa motriz.
Bajo esos telares, entre estos, harán dispares apariciones resurgiendo paulatinamente sin faz ni cuerpo, sin plano ni volumen; sin visión que pudiese notarlos siquiera ante la percéptica sensibilidad de alguna araña telando mayores teatros donde poder teatralizarlos.
Y los espíritus desde un rincón hacia otro se desenvolverán, se disgregarán ignorándose congregados por una ley principal. E, ignaros, congregándose podrán resolverse legisladores de su inicial axioma. Pero cuando en vez de huir, se unan. Cuando en vez de continuar separándose se reconozcan siendo único espíritu. Única voz, único vocablo invisible: espectral, aunque dispármente.
Enfrente de la emanación inicial, el parto había desprendido un solo espectro. Una sola imagen intangible, incorpórea aunque hacedora de las mismas variaciones lo haya sido.
Espectros que al haber partido del mismo inicio han sido espíritus del espíritu motriz. Una aparición unívoca, aunque plural haya finalizado; porque singular ha sido su inicio aunque no su fin. Porque un solo espíritu nunca podrá desenmarañarse solamente porque solo nada podrá hacer, más que multiplicarse. Ser pluralismo, ser diversidad. Ser bifurcaciones de su mismo cause generador, y múltiple direccionalidad cuando al dividirse se haya reconocido inatrapable. Incapturable, y no por ser espíritu invisible; sino por ser tan inasible como las mismas variaciones sobre un mismo ente dispuesto en un telar para seguir repitiéndose hasta que hartazgos de arañas hagan telas. Telas, y más telas mientras ellos se dupliquen dividiéndose hasta desencontrarse frente al espíritu primario e iniciático.
Hasta saberlo singular, y carente, e inadaptable por desconocer telares sobre la vastedad donde su parto se ha librado. Hasta pluralizar las mismas plurales de sus organismos fantasmales. Hasta dividir singularidades, y saberse singular múltiplo en constante duplicación y decisión, de su única variabilidad por ser espíritus del espíritu.

Federico Laurenzana







Sumatoria

Espada desliza desde el borde, la carne.
Noble metal y tiempo transcurre.
El frío acero -si es correcto así llamarlo-
abre paso en las entrañas,
alojadas dentro de uno -usted sabe-
Es que el agua moldea la piedra,
como aquel filo tajea el corazón y el resto,
de a gotas.
Un oscuro carmesí plaga el patio poblado de azaleas.
Estocada a la distancia.
Sangre y mosaico, imagino
Noche y silencio, figuro
-si es así como debe imaginarse o figurarse a la muerte-
Acechando, por esas manos.
Empuñadura marfil fusionando los dedos.
Rienda suelta a mi pensamiento.
Así me matas prácticamente, dando a la fuga.
Acto posterior.
Subjetiva forma de sentir la ausencia
-siendo tan figurado y correcto como imagina usted
o yo, en este caso, aunque esté muerto-
Heme aquí yaciendo sobre cuadrados desgastados
negros y lo que alguna vez fueron blancos.
Rojo avanza.
Ya no habrá dolor.
-Usted sabe-
Solo una suma de ausencias de usted y de mí.

Luciano Calzada


Revista Viajero Nro. 118 - Julio de 2017



Porque hablan el día que debieran callar

Un nuevo record en el banalizar hasta los huesos. Un juego cualquier causa para quien sólo en sí mismo piensa. Esas personas que llaman producto a la sangre, gasto a las vidas que explotan, o quisieran explotar. Bailan para mí estos días plagados de misterio, y para ellos pasan sin mayor hondura. Holgados sus cerebros en el ahora de los párpados intermitentes, vacíos de visión, ocultos del sueño que late en cada ahora. Pero con los bolsillos en su lugar. Pocos placenteros nuestros despertares, solos y tristes a vendar el deseo y la potencia de venas henchidas del innombrable espíritu activo. Principio y fin como juegos de niños. Como guitarras y videojuegos a la venta para comprar pañales para adultos. Como una vaca que llora contra otra en el matadero. Como las nubes que ahora veo, pasan mis días y sonrío.

Emanuel Frey Chinelli






Pequeño retoño

Dedicado a mi bebé en su 4ta semana de gestación

Siguiendo por el Camino del ESPÍRITU,
llega mi DIVINO RETOÑO a mi pancita.
E iluminado por la LUZ DE DIOS
comienza a crecer dulcemente en mi interior.

¡CÓSMICA ENERGÍA,
ENERGÍA SAGRADA,
ENERGÍA VITAL,
LUMINOSA ENERGÍA
recibe día a día del PADRE CREADOR!

¡Así, en su CORAZONCITO
ya va trayendo todo el AMOR DE DIOS!

Y cada momento,
le hablo y siento su VIDA RADIANTE
llena de DIVINA VIBRACIÓN.

Te esperamos PEQUEÑO RETOÑO,
te esperamos con INMENSO AMOR,
para poder abrazarte,
comerte a besos
y sentir al SANTO ESPÍRITU
QUE VIVE EN TU CORAZÓN!

¡Gracias LUMINOSO CREADOR por esta BENDICIÓN!

Erika Luz de Dios




Allí estoy yo

Allá donde se esconden las gaviotas…estoy yo.
Allá mismo y sin interrupción
Alitas pintadas con pinceles felices
Almas desgastadas, pidiendo un favor
amadas y odiadas, pero en fin
almas sin don.
Abrazos constantes
amargo perdón
asados bien servidos
alineados y desalineados. 
Amalgamados corazones
amigos colegas y talones de Aquiles.
Amigos grandes y dueños de si
Amigos por tercera vez
un amor incondicional.

Ximena Lupis






Toc - Toc amor

Si no me ayuda la luna
le pediré ayuda al sol,
o tal vez a todos los astros
para que pueda estar con vos.

Si el amor golpea a mi puerta
lo dejaré pasar,
quizás me trae noticias tuyas
y si se va, tal vez no volverá.

Contigo sueño despierto,
y de este sueño despertar no quiero
caminar juntos de la mano
y sentir que no soy tu dueño.

Me duermo con vos,
abrazado a tu lado despierto,
y no quiero que la realidad
me diga que esto no es cierto.

Héctor Carpio






Traición

"La traición ... es un hecho. Es la conclusión de una elección. Es el eclipse a lo bello. La oscuridad que cubre la luz. Los días de sol. Los hermosos recuerdos. Podemos olvidar por dejar de ser amados. Por el final de un amor o la extinción de la pasión. Eso no impide reir o llorar recordando un beso. Pero la traición es un acto, un hecho que el corazón debe condenar y la razón hacer cumplir sentencia. No hay esperanza, ni espera. No se mira hacia la ventana deseando su regreso. Solo hay que pedirle a la noche ... Que se lleve las últimas lágrimas.”

Marina Aguirre





Modesto Shen, el traductor de la primera versión
de 'Cien años de soledad' al mandarín
Desde Shanghai, China

El profesor Modesto Shen estudió Literatura Hispanoamericana en México por orden del Gobierno chino. A su regreso a su natal Shanghai, en la época de la Revolución Cultural de Mao Ze Dong, fue encarcelado por una acusación de que era un elemento nocivo para la Revolución. Vivió en un cuarto solo con una cama, quemaron sus libros y solo le permitían leer poemas de Mao. Superada la situación, se fue trabajar en Uruguay 14 años, donde gerenció un centro de Medicina China. A su regreso a China, con un par de amigos con quienes compartía la enseñanza del español en China, decidieron emprender en la traducción al mandarín de  'Cien años de soledad'. Dos años tomó la tarea y finalmente se imprimió la primera versión en chino de esta obra maestra de la Literatura Hispanoamericana, que ha sido calificada como la mejor versión en mandarín, pues las segundas y terceras versiones se hicieron desde las versiones en ruso e inglés, mas no del original en español. Sin embargo, el Maestro Márquez la considera pirata, pues no entiende que nació en un contexto de la China comunista en que el concepto de derechos de autor aún no existía. Shen vive actualmente en Shanghai, es profesor de español y acaba de ser elegido Decano de una Facultad de Español en China, que ha instaurado la enseñanza del idioma, no como segunda lengua, sino como carrera universitaria.

Mi vida en China

Shanghai fue mi casa durantes tres meses en 2010. Fui bajo la sombra del escepticismo de mi familia y amigos. Lo asumí como un reto y se convirtió en mi gran escuela de vida. Opté por una experiencia lo más distante posible de Occidente, culturalmente hablando. Trabajé, comí y me divertí a lo chino… pero ¡sin hablar chino! Siempre he hecho lo que debía, pero esta vez decidí hacer lo que quería. Sin más argumento preparé mis maletas para dos meses en Shanghai. El pretexto: una pasantía profesional para conocer, de primera mano, la cultura china de negocios; el trasfondo: un desesperado intento de desintoxicación tras ocho años de intenso brillo profesional por el cual pagué el precio -con intereses- de la disolución de mi vida afectiva. Esto me llevó a someterme a una suerte de exorcismo personal.

Albertina Navas





Una promesa casi incumplida

            Cuando las empresas de colectivos dejaron de cortar boletos y compraron máquinas computarizadas, las cuales funcionaban con monedas, para que la máquina te de un boleto blanco con letras negras.
            Una mujer fue a buscar monedas a una empresa de colectivos, había dos conductores cambiando los billetes por monedas, ella les dijo, “podrían no cobrarme el boleto”, los conocía de vista y le prometieron, no cobrarle el boleto nunca más, uno cumplió, el otro no. A ella le gustaba decir cosas para ver como reaccionaban y sin querer, logró que uno de ellos no le cobre el boleto por años.
            Otro día, dicha mujer viajó en colectivo y se encontró con el conductor que no le cobraba el boleto, ella se sentó en el primer asiento y él comenzo a hablarle. Le dijo, “que linda bufanda que tenés”, ¿me la regalas?, ella le contestó que no, “no sabés lo que me costó tejerla” y hace poco que la terminé, ella le dijo “si queres tejo una para vos”, pero cuando él comenzó a pedirle varias cosas, (que sea de los colores azul y blanco de Quilmes, por su fanatismo por el futbol) ella la postergó, porque le cuesta cumplir promesas.
            Cada vez que la veía le preguntaba por la bufanda y le decía, “ya te la voy hacer”, siempre respondía lo mismo.
            Él le decía varias cosas, te la pago. Le pasó factura, “hace cinco años que no te cobro el boleto y no haces la bufanda...”
            Hasta que un día él le dijo, “ya sé, no la vas hacer” y ella le respondio, “ya la voy hacer”.
            Pasaron años, hasta que un día primaveral, decidió tejerle la bufanda. Antes de tejerla, fue a su trabajo a averiguar si seguía trabajando allí, ya que hacía tres años que no lo veía.
            La mujer se asesoró con una amiga, ¿qué lana comprar? ¿cómo tejerla? La amiga la ayudó y después ella siguió con el tejido.Tejía y no terminaba nunca, hasta que se dio cuenta que la bufanda sin los flecos iba a medir 1,60 mt y con los flecos 2 mt.
            La bufanda durmió un tiempo, hasta que un día de verano, encontró al conductor. A ella no le importaba que hacía calor, solo quería cumplir la promesa.
            Se saludaron y él como un chico, le preguntó: ¿me la trajiste? ¿ cuánto es? -“Es un regalo” y el estaba tan feliz, que se la mostró a sus compañeros, por lo cual, uno habló con ella y le pidió una bufanda con los colores del club de Lanús, bordó y blanco...lo que quedó en el tintero, otra promesa por cumplir.

Ine
18/11/2012